Vivo sin vivir en mí Entorno musical de Santa Teresa de Jesús Música española del s. XVI

 


V Centenario de Santa Teresa de Jesús (1515-1582)
Vivo sin vivir en mí
Entorno musical de Santa Teresa de Jesús
 Música española del s. XVI

En este proyecto proponemos un recital en el que escucharemos  la obra de los poetas del misticismo español: Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, pero también algunos de sus seguidoras como Ana de San Bartolomé y Ana de Jesús que colaboraron en la fundación de conventos carmelitas en España y en otros lugares de Europa.

Algunos de los poemas serán declamados y acompañados con la música de vihuela, el instrumento cortesano del Siglo de Oro español. Otros se interpretarán empleando las melodías de canciones populares del s. XVI recogidas en los cancioneros de la época con una adaptación instrumental.

Una cuidada selección de obras instrumentales interpretadas con diversos instrumentos, además de la vihuela, y representativas del periodo renacentista se intercalan entre las poesías con la finalidad de enmarcar musicalmente el periodo que nos ocupa.

Poesía y música del siglo XVI

Desde antiguo, poesía y música han estado fielmente relacionadas, siendo el recitado de poesías acompañado por instrumentos de cuerda una práctica habitual que sabemos realizaban ya los griegos. De ahí que, durante el Renacimiento, los aristócratas y demás cortesanos retomaran esta costumbre considerada como un acto social noble y culto.

La revalorización del mundo greco-latino puso de relieve la poesía de grandes poetas latinos como Horacio, Virgilio u Ovidio; y los conceptos filosóficos de Platón y Aristóteles sobre la importancia del conocimiento de la música y la poesía para lograr una formación integral del individuo.

Vihuelistas como Alonso de Mudarra pusieron música a estos versos en las reuniones de la nobleza. En este entorno preocupado por adquirir una adecuada formación cultural, comenzó a gestarse lo que desembocaría en el Siglo de Oro Español.

Contexto histórico
“Y el real Profeta (David) no careciendo de este  conocimiento nos da a sentir lo que de ella sintió, persuadiéndonos que las alabanzas que al Señor hubiésemos dar, con la dulcedumbre de la vihuela las hubiésemos de ofrecer”.
Miguel de Fuenllana

Ya en la Edad Media, los músicos (vihuelistas, laudistas, guitarristas) cultivaban la música instrumental valiéndose para ello de la polifonía vocal tanto en la música sacra como en la profana, con instrumentos o con acompañamiento vocal. Esta  actividad se movía entre la Corte y el pueblo.

En Nápoles, durante el reinado de Fernando I de Aragón (1380-1416), había cantores e instrumentistas españoles que ejercieron una gran influencia técnica y estética entre los laudistas y vihuelistas de ambas regiones tales como Ramos de Pareja y Juan del Encina.

Los famosos vihuelistas españoles, por un lado, nos hicieron llegar una selección de obras magistrales tanto de los polifonistas franco-flamencos y venecianos como de compositores nacionales con unos arreglos    instrumentales excelentes; y, por otro, nos ofrecen en su obra personal la nobleza de la música renacentista.

El último cuarto del siglo XV en España estuvo marcado por una estabilización de la situación y un cierto desarrollo económico. La unión de los reinos de Castilla y Aragón, la toma de Granada y el descubrimiento de América situaron a España al nivel de las primeras potencias extranjeras, lo que musicalmente se traduce en un deseo de otorgar una mayor importancia a los españoles frente a los franco-flamencos, ocupando a partir de entonces puestos importantes como cantores e instrumentistas en las capillas musicales de Isabel y Fernando.

La imprenta musical en este periodo es poco generosa con la música vocal, a excepción de las obras de Juan Vázquez, Flecha el Viejo, Diego Ortiz, Cristóbal de Morales y el famoso Cancionero de Uppsala que se publican en el extranjero.

Por este motivo, “los archivos musicales manuscritos se convierten en la primerísima fuente para el estudio de la polifonía vocal perteneciente a este periodo”.

El hecho de que la edición musical instrumental se inicia en España con la publicación de obras para vihuela, guitarra y canto acompañado de vihuela, similar a lo que ocurría en Italia y otros países europeos con el laúd, demuestra la popularidad de estos instrumentos y de las formas musicales que utilizaban en sus composiciones.

Los libros para vihuela son los portavoces y máximos representantes de la música instrumental profana, sin quitarle importancia a la música religiosa que conllevan. Un hecho importante es que en todos los libros de música para vihuela y guitarra no aparece ninguna adaptación de obras instrumentales, ni de autores nacionales ni extranjeros. El repertorio de canto y vihuela en su conjunto constituye una valiosa aportación al Cancionero Renacentista Español. Literariamente se trata de poesía mística, amorosa, pastoril, dramática, histórica o picaresca. Es indudable que estos libros y otros que desconocemos, establecieron la creación, evolución e implantación de la escuela vihuelista española.

En el transcurso de cuarenta años, aparecen editados en España siete libros de música para vihuela, mientras que Scotto Gardane publica en Venecia más de veintidós tabulaturas para laúd entre 1546 y 1549.

Santa Teresa de Jesús y la música

 El siglo XVI español no solo se caracteriza por ser una época repleta de cambios sociales, políticos y económicos, sino también por el desarrollo del arte. No podemos dejar de nombrar la calidad de la música española durante el Renacimiento y la cantidad de sobresalientes músicos que destacaron en este siglo: Milán,  Narváez, Fuenllana, Cabezón,…

Los Cancioneros de Palacio y de Uppsala suponen una antología de la música polifónica del siglo XVI. Son ejemplo de la ingente cantidad de tonadas que se cantaban en todos los estratos sociales y que los vihuelistas españoles llevaron a su instrumento transcribiendo la polifonía para ser interpretadas íntegramente con la vihuela o utilizando ésta como instrumento acompañante de la voz.

Es en este ambiente musical en el que Teresa de Cepeda y Ahumada crece y en el que desarrolla su obra literaria. Consciente del poder de la música, Santa Teresa se hace eco de las melodías más populares y escribe sus poemas adaptando la métrica y la forma de éstas. Es lo que se ha dado en llamar componer a lo divino. Teresa de Jesús y Juan de la Cruz se adaptaron a esta forma de expresión musical y lo convirtieron en un hábito en los distintos carmelos fundados por ellos y sus seguidores. Ella pretendía escribir ''con simplicidad y religión: que lleve más estilo de ermitaños y gente retirada''. Renuncia, pues, al modelo literario más difundido – naturalidad elegante y aliñada – para quedarse en la sencillez absoluta.

Fray Luis de León, primer estudioso de la obra literaria de la Santa, afirmó:
“(...) no es menos clara ni menos milagrosa la segunda imagen que dije, los libros; en los cuales, sin ninguna duda, quiso el Espíritu Santo que la Madre Teresa fuese ejemplo rarísimo. Porque en la alteza de las cosas que trata, y en la delicadeza y claridad con que las trata, excede a muchos ingenios; y en la forma de decir, y en la pureza del estilo, y en la gracia y buena compostura de las palabras, y en una elegancia desafeitada que deleita en extremo, dudo yo que haya en nuestra lengua escritura que con ellos se iguale...".

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.


Programación y el repertorio

El programa de este proyecto, es susceptibles de ser modificado a consideración de los intérpretes, pero siempre manteniendo la esencia de lo que aquí se ofrece. No obstante, se elaborará un programa definitivo previo a la fecha del concierto que se entregará con antelación.

Selección del repertorio instrumental

  • Luis de Milán (1500-1561)
Libro de música de vihuela de mano intitulada El Maestro. Valencia, 1536
    • Luis de Narváez (1490-1547)
    Los seis libros del Delfín, de música de cifra para tañer vihuela. Valladolid, 1538.
    • Alonso Mudarra (1510-1580)
    Tres libros de música en cifra para vihuela, en Sevilla en 1546.
    • Enríquez de Valderrábanos (1500-1557)
    Libro de música para vihuela intitulado Silva de Sirenas. 1547.
    • Diego Pisador (1509-1557)
    Libro de música de vihuela. Salamanca, 1552.
    • Miguel de Fuenllana (1500-1579)
    Libro de música para vihuela, intitulado Orphénica Lyra. Sevilla en 1554.
    • Diego Ortiz (1510-1570)
    Tratado de glosas. Roma 1553.

    • Luis Venegas de Henestrosa (1510-1570)

    Libro de cifra nueva para tecla, arpa y vihuela. Alcalá de Henares, 1557.

    • Antonio de Cabezón (1510-1566)

    Obras de música para tecla, arpa y vihuela. Madrid, 1578.


    Selección del repertorio vocal

    • Cancionero de Palacio (s. XV y XVI)
    • Cancionero de Uppsala . (1556 Valencia)
    • Cancionero de la Colombina. (1460-1480)
    • Juan del Encina (1468-152
    • Luis de Milán (1500-1561)
    • Luis de Narváez (1490-1547)
    • Alfonso de Mudarra (1510-1580)


    Selección del repertorio de poesías

    • Santa Teresa de Jesús (1515-1582)
    • María de San José (1548-1603)
    • Ana de Jesús (1545-1621)
    • San Juan de la Cruz (1542-1591)
    • Beata Ana de San Bartolomé (1549-1626)

     Participantes:


    • Soprano: Eva Cristina Lobo
    • Narradora: Fátima Colomo
    • Flauta: Matías Compány
    • Órgano: Vanessa Carvajal
    • Percusión: Jorge Cebrián
    • Vihuela y dirección: Masud Razei
    • Escenografía y sonido: Camaleón Teatro





    concierto día de la mujer, 08 marzo 2015

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